Cambio de espacios


Para poder encontrar una coherencia y un sentido a lo que queremos expresar, o mostrar debemos empezar por reflexionar.

Reflexionar sobre el espacio, el ambiente, los lugares de juegos que queremos mostrar.

 Para que un espacio sea estético, bonito y llame la atención no siempre tiene que estar colorido o lleno de objetos y dibujos por todos los rincones del aula, si nos paramos a mirar veremos que nuestros niños y niñas no necesitan todo eso.

Los espacios, las aulas, nuestras zonas de trabajo hablan de nosotros, de lo que queremos mostrar, de lo que vemos, y de lo que creemos que necesitan los niños y niñas.

Lo que debemos buscar, por tanto, es un lugar de encuentro, donde se den momentos de apego, de aprendizaje, de risas, de enseñanzas.

Donde se ofrezcan materiales variados, bonitos, llamativos, pero no en exceso, un lugar donde todos los que se encuentren allí, se sientan identificados, cómodos, seguros, donde nuestros peques se sientan en su casa, en su refugio.

Por eso, en nuestra escuela, hemos decidido cambiar los espacios, las aulas, los lugares y llenarlos de menos cosas y de más vida.

Que sean sitios donde los niños y niñas aprendan, busquen su personalidad, se conozcan ellos mismos, y donde conozcan a los demás.

En definitiva, un lugar donde compartir y convivir, donde sentir, con tranquilidad y a la vez risas, con sonidos y silencios, con sentimientos, un lugar donde nuestros peques se sientan libres y puedan crecer y mostrarse tal y como son.

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